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En la actualidad, debido a los avances de la era de Internet y al auge del marketing corporativo, consumimos más cantidad de información diaria y estamos más expuestos a impactos publicitarios y noticias de actualidad, de lo que hemos estado durante los últimos años de s.XX. Es por ello, que cada vez somos más exquisitos a la hora de consumir contenidos y seleccionamos sólo aquellos que tienen sentido para nosotros.
Ahora bien, ¿cómo somos capaces de diferenciar lo que es un contenido de calidad de otro que no lo es?… Para abordar esta pregunta, lo primero que tenemos que saber es cómo funcionamos tecnológicamente como sociedad. Queremos todo dicho y hecho, somos la sociedad que vive el ahora, los que quieren saber al instante que sucede en el otro extremo del planeta, los máximos estandartes del ‘Carpe Diem’… lo queremos todo y lo queremos ya.
Hemos visto como Internet ha ido evolucionando hacía un medio en el que podemos hacer todo mucho más rápido y que por si fuera poco, sigue esta estela de crecimiento en la que seguimos simplificando procesos (compras, comunicación, noticias…) para optimizar nuestro tiempo y no perderlo en la inmensidad de Internet.
Este afán por la inmediatez tiene sus consecuencias en cómo invertimos nuestro tiempo online y en la manera en la que lo hacemos. Actualmente el 92,1% de los usuarios accede a Internet a través de los dispositivos móviles (dato ofrecido por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) y en particular, el Smartphone ocupa la cúspide de la pirámide en cuanto a forma de acceder a Internet (36,9% de los usuarios).
Estos datos ponen de manifiesto lo mucho que hemos cambiado en los últimos años, en cuanto a modo de navegación, consulta de información y consumo de contenidos. Hoy en día llevamos Internet en el bolsillo y este fácil acceso nos invita a conectarnos asiduamente, lo que implica que pasamos mucho tiempo navegando por Internet y consumiendo contenidos digitales.
Por lo que si juntamos los factores que influyen en el proceso de consumo digital (no nos gusta perder el tiempo, pasamos mucho tiempo navegando e Internet es prácticamente infinito), podemos observar como la tendencia lógica es consumir contenidos de nuestro interés, de forma rápida y que me aporten un valor añadido, ya que he invertido mi codiciado tiempo en ellos.
A todo esto habría que sumar una cuarta pata que ha cogido mucha más importancia en la actualidad: la protección de la privacidad y de nuestros datos personales. Este año 2018 se recordará, con los años, como el momento en el que los usuarios se empezaron a preocupar por su privacidad online.
Y es que durante estos primeros años de la era Digital también hemos aprendido que Internet es accesible desde todo el mundo y para todo el mundo, lo que implica que - para bien y para mal – todo lo que colguemos en el universo online es de acceso público y puede tener sus consecuencias futuras.
Es por ello que el Fast Content o contenido efímero se ha convertido en el rey de reyes de los contenidos digitales, debido a que ofrece información sencilla, resumida, creativa, visual (siempre va acompañado de material audiovisual como fotos o vídeos) y con fecha de caducidad, evitando así que perdure en el tiempo.
Es decir, es el contenido que se ajusta perfectamente a las demandas de la sociedad digital: es rápido (no te roba mucho tiempo), ofrece mucha variedad (ajustándose a nuestros gustos) y protege nuestra identidad online (salvaguardándonos de futuras consecuencias).
El contenido efímero es aquel que posee fecha de caducidad, es decir, sólo se puede visualizar durante un breve periodo de tiempo. Y cuando este tiempo acaba, los contenidos desaparecen para todos los usuarios.
Este tipo de contenidos tuvieron un gran auge con la herramienta Snapchat, que fue la primera red social que apostó por este modelo de contenidos y obtuvo una gran recepción entre los usuarios jóvenes, que poco a poco se ha extendido a todo tipo de usuarios y plataformas.
Poco a poco este modelo se ha ido extendiendo y ha ganado relevancia en el mundo de la comunicación digital, hasta tal punto, que se han convertido en los contenidos más consumidos dentro de la Red Social con más crecimiento de este 2018, Instagram.
Y no se ha quedado ahí, sino que otras redes sociales como Facebook, Whatsapp o Youtube lo han integrado como forma de comunicación digital. Lo que implica, el enorme éxito que ha tenido el modelo de las ya ultraconocidas Stories.
Principalmente por que ofrece al resto de usuarios contenidos de carácter inmediato, de última hora. Esto dota a este tipo de publicaciones de un carácter desenfadado, único e incluso, exclusivo; ya que sólo se permite acceder a él de manera limitada (segundos en caso de los mensajes privados, 1 semana en el caso de Youtube y 24 horas en el resto de redes sociales).
Al mismo tiempo, este tipo de contenidos evitan que nuestras fotografías y vídeos perduren ilimitadamente en la nube de internet. Lo que implica que nos protegerá en tiempos futuros frente a la posibilidad de optar a un nuevo empleo, que lo vean nuestros hijos o simplemente, para que no quedemos expuestos en alguna situación comprometida.
De hecho todas estas ventajas no influyen exclusivamente en el usuario, sino que además benefician enormemente a las marcas, ya que ofrece la posibilidad de conectar directamente con el usuario de una manera creativa, menos intrusiva, de forma natural y original. El factor de la temporalidad, así como la exclusividad, ofrecen un marco que puede ser altamente beneficioso para promociones específicas o eventos señalados por los usuarios en el calendario (Black Friday, Cyber Monday, Día de la Madre, San Valentín…).
Como podemos ver, este tipo de contenidos responden a las demandas de los usuarios y además ofrecen ventajas cuantificables para las marcas, lo que ha hecho que no sólo se proyecten en las Redes Sociales. Y quién iba a ser, sino Google, quien tomase la delantera para aplicar este modelo a su afamado buscador.
AMP stories dio el pistoletazo de salida este año también y aunque todavía su uso se encuentra en periodo de experimentación, ya podemos ver (sólo desde la versión móvil, con Chrome y en búsquedas de medios o blogs exclusivamente) como Google utiliza estas ‘stories’ para compartir las noticias más destacadas en su versión AMP (*iniciativa de código abierto que busca mejorar la web con un código más limpio, más sencillo, de carga más rápida y exclusivo para versión responsive, móvil).
En conclusión, los fast content o contenidos efímeros nos brindan la oportunidad de diferenciar que contenidos nos resultan interesantes con tan sólo deslizar a la derecha. Lo que ha supuesto una revolución en cómo utilizamos y consumimos Internet, aunque estamos seguros que no será la última revolución digital, ni siquiera de esta década.
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