Google es el mayor buscador online a nivel global y tiene desarrollado un sistema con el que indexa los contenidos para que después los usuarios puedan encontrar fácilmente lo que necesitan. Por ello, hay que destacar dos conceptos fundamentales como el rastreo y la indexacion. Para llevar a cabo estas acciones, la plataforma mundial usa distintas técnicas.
Hay que seguir tres pasos básicos para generar resultados en las páginas web. El primero de ellos es el rastreo, que consiste es buscar para saber qué páginas hay ya alojadas en la red. Una vez que se descubre la URL de una web, se inspecciona para saber qué contenidos tiene.
Entonces comienza el análisis textual y no textual, así como el diseño visual general para saber cómo debe mostrarse en los resultados de búsqueda. Por este motivo, cuanto mejor esté renderizada una página, más opciones tendrá de ser encontrada por los clientes potenciales. Para mejorar este aspecto, se dan una serie de técnicas.
Una vez que se ha rastreado y descubierto una web, es el momento de interpretar el contenido, ya que de ello dependerá en qué lugar aparezca en el motor de búsqueda. Para ello, es importante crear títulos breves y descriptivos, usar encabezados e imágenes libres de derechos, así como contenido original y enlaces.
También es esencial apoyarse en archivos de vídeo. Así, toda esta información se mete en una coctelera y en función de los baremos de Google, la web aparecerá más arriba o más abajo en los motores de búsqueda.
En resumen, estas técnicas de rastreo deben estar presentes a la hora de construir una web, o bien en el momento de subir contenidos. Si se tienen claros estos pasos, habrá mucho ganado con el posicionamiento SEO.